VOSTÈ HA ESTAT CRUEL

Uno esperaba leer esto, pero no tan pronto. La vorágine informativa provocada por la constitución de los ayuntamientos ha hecho que pasara casi desapercibido un excelente trabajo de Alberto Magro publicado en este diario hace ocho días. También es cierto que hay maneras y maneras de contar las cosas. Ya sabemos que los números, convenientemente torturados, pueden terminar diciendo lo que queremos, pero es obvio que Magro es uno de los periodistas que mejor busca y relaciona las cifras presupuestarias y los datos económicos. Durante los últimos tres años sus reportajes han supuesto una auténtica labor de demolición de la versión gubernamental sobre las excelencias de la gestión del Partido Popular. Cada página era un espejo que mostraba la cruda realidad de los recortes más allá de los enjuagues contables de Bauzá y sus consellers. Nada de ajustes, sino tijeretazos. Nada de asegurar la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales, sino machetazos en la carne de los más débiles. El relato resultaba incontestable. Otra cosa era explicar cómo cuadrar las cuentas de una economía en recesión, con los ingresos fiscales desplomados, el paro desbocado, el gasto social en aumento, el crédito congelado y la capacidad de endeudarse limitada desde Madrid y Bruselas. Pero el periodismo consiste en poner negro sobre blanco lo que el poder trata de ocultar, no en extender recetas mágicas. Si el que escribe, además de denunciar los hachazos en sanidad o educación, tuviera que aportar la solución, se convertiría en aspirante a presidente del Eurogrupo, o del FMI. Y no es eso.

Ese guión de película gore era compartido a pie juntillas por la oposición, si bien es cierto que las intervenciones parlamentarias de Francina Armengol y Biel Barceló introducían de manera mucho más acusada el elemento moral en el reproche de la acción de gobierno. Bauzá era un sádico. Existía una suerte de ensañamiento con los más necesitados, un encono despiadado por hacer más dura la vida de los menos favorecidos, una voluntad de hacer daño a los votantes por placer. El colofón a esta estrategia lo vimos en el debate electoral entre los candidatos a la presidencia del Govern de PP y PSIB, con aquella frase lapidaria de Armengol ante un Bauzá grogui que no respondió: “Vostè ha estat cruel”.

Ante el silencio de Bauzá, la respuesta la ha dado este diario en forma de brillante reportaje a doble página. De su lectura atenta se deduce que los pasados recortes draconianos ahora no sólo parecen necesarios, sino que han resultado insuficientes. Las hachas, machetes y guadañas que nos brindaron el espectáculo sangriento de la última legislatura, sólo consiguieron amputar 150 millones del gasto público. Pero ahora las mutilaciones deben proseguir hasta alcanzar los 370 millones en poco más de un año. La gravedad de una cirugía de esta envergadura impide a cualquier persona seria plantear como solución minucias sobre coches oficiales, sueldos y menús a quince euros. Eso es el betadine a aplicar sobre la piel antes de sajar. Todos saben que la tumoración que pone en grave peligro las cuentas públicas es de un tamaño que necesariamente afecta a los órganos vitales del sistema público: sanidad, educación y servicios sociales. La diferencia estriba en que los nuevos gobernantes son buenas personas que se preocupan por los ciudadanos, frente a los anteriores que sólo pretendían joderlos. Este tipo de argumentaciones morales sobre la acción de gobierno del adversario político no sólo resultan injustas, sino que suponen un insulto a los que no te votan: o son lelos o son malas personas. Trazar esa frontera, o insinuarla, es una estrategia peligrosa porque socava la convivencia y debilita el espíritu democrático, que se basa entre otras cosas en la normal alternancia en el gobierno, sin tantas lecciones morales a los idiotas o malvados que no te han otorgado su confianza en las urnas.

Ya digo que hay maneras y maneras de contar las cosas. La decisión de restituir en los últimos meses una parte de los salarios públicos, tras los navajazos denunciados una y otra vez por oposición y sindicatos, ya no se ve como una medida justa en favor de los funcionarios sacrificados por la crisis. Ahora supone un gran “marrón”. En lugar de ablandarse al final de su mandato, para lo poco que le quedaba en el convento Bauzá podía haber mantenido su motosierra en funcionamiento hasta el último día. Esto ya no hubiera sido un ejercicio de sadismo, sino de responsabilidad para dejar así un legado más apañado al nuevo gobierno. Ahora nos cuentan que las subidas de impuestos anunciadas en la campaña no dan ni de lejos para detener la hemorragia del déficit, y la mejora de la financiación, si llegara, tampoco.

Por desgracia, la expresión “oposición responsable” se ha convertido en el ejemplo perfecto de oxímoron, porque asumimos que existe barra libre para la demagogia en la acción de control al gobierno. Y la campaña electoral es el periodo de tiempo pactado entre todos para hacerse los tontos, o tomar por tontos a los electores con ocurrencias y promesas imposibles. Hasta ahora se respetaba una pequeña liturgia para disimular sorpresa antes de comenzar a quejarte de la herencia recibida. Duraba un par de semanas, a lo sumo un mes desde que se ocupaban los despachos. Pero la “nueva política” tiene otros tiempos, otros ritmos, y sus representantes no han esperado ni a tomar posesión de sus cargos para reconocer lo que ya sabíamos los fieles lectores de Magro. Por eso insisto en que hay maneras y maneras de contar las cosas. Ahora ya de buen rollo, sin crueldad.

One Comment

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  1. Bravo JM!!!! Haciendo amigos en ese periódico tan ecuánime donde escribes….. 😉
    Los recules y dondedijedigos van a estar a la orden del día. Sentémonos a contemplar el espectáculo…. Aunque los medios les darán nenuco sin parar. Sobre todo si les vuelven a soltar lo que el Sr. Cruel les recortó….
    Enhorabuena!

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